Desde hace unos años, la corriente hacia lo ecológico ha tomado un gran impulso; en gran medida, porque cada vez las personas (especialmente los jóvenes) somos más conscientes de los problemas que están sucediendo en nuestro planeta. Cada vez estamos más preocupados por nuestra Tierra y de los actos humanos que la dañan. Este ”cambio de mentalidad” ha generado una preocupación más ambiciosa por actuar y buscar soluciones que sirviesen como alternativa ante estos modos de vida menos ecofriendly.
No obstante, no es para nada una sorpresa darnos cuenta de que las empresas han visto rápidamente un gran negocio en esta preocupación por salvar el planeta; un nicho de mercado que se encarga, casi siempre, de vender, a precios desorbitados, productos ecológicos y cero residuos. Sabiendo esto, podemos llegar a la conclusión de que el único público que se puede permitir dar el verdadero cambio hacia la sostenibilidad es la clase media-alta, ya que con estos precios, resultan ser productos que, en el mejor de los casos, duplican el precio del producto convencional.
Entonces, ¿seguimos estancados en el mismo lugar?
Estamos en una competición por la sostenibilidad en la que jugamos contrarreloj contra los problemas medioambientales. Una competición en la que no tenemos mucho margen de tiempo, y en la que no se gana sacando perfumes ecológicos a precios desorbitados, ni productos envueltos en capas de plástico que dicen ser “eco”.
Cuando se crea un plan de negocio o un proyecto, contamos con una limitación a gran escala y es que nuestro producto, en el mejor de los casos, lo consumirá el 1% de la población. Que hablando en cifras absolutas, son cerca de 80 millones de personas. Queda demostrado que esta barrera se ha roto en muchas ocasiones, pero nuestro punto es el siguiente: ¿cómo se quiere conseguir que el planeta tenga una economía del desarrollo sostenible si sólo damos elección a que la clase media-alta y de altos ingresos consuma estos productos?
Si hacemos que los productos ecológicos sean un bien de lujo, aquellos que no se los pueden permitir tienen una excusa (más o menos justificada) de que no pueden cuidar el planeta, de que eso no está a su alcance. Contando con que la clase media-alta, en la mayoría de personas del planeta, supone una minoría reducida.
¿Es esto realmente lo que queremos?
¿Qué es lo que planteamos nosotros para solucionar este problema?
Hacer asequible poder consumir de manera sostenible, y divulgar esta responsabilidad social no sólo crea consumidores responsables de tu marca, crea comunidad, preguntas y dudas. Incita a nuevos retos y a tomar nuevos hábitos en pos del bien del planeta.
Creemos que, como hemos hecho nosotros, se debe de dejar a un lado la ambición por obtener grandes beneficios a corto plazo. Como se realiza en las startups que luchan por el progreso de la humanidad, debemos pensar a largo plazo y construir una marca que apoye la sostenibilidad y que iguale su precio en cuanto a productos convencionales, aunque el beneficio se vea reducido de manera abrupta.
Esta forma de ”hacer negocios” tiene sus recompensas: una marca que en el futuro tendrá más peso, reconocimiento, más clientes y un sistema interno adaptado a producción sostenible. Perder a corto plazo es algo que las grandes corporaciones no se pueden permitir, lo que supone una oportunidad más para proyectos con vista al futuro de suplantar la mentalidad conservadora de las mismas. Ya quedó demostrado en la crisis de los gases que abrieron la brecha en nuestra capa de ozono, los aerosoles: Hasta que las empresas responsables de los productos que causaban la brecha no tuvieron una alternativa que pudieran vender, no reconocieron que existía el problema, aún con la comunidad científica teniendo pruebas demostrables y contrastadas.
Cuando creamos la tienda de Eco Swap, tuvimos claro desde el primer momento que durante los tres primeros años no nos llevaríamos ningún tipo de beneficio de las ventas. Hasta el momento, todo el dinero que ha generado la tienda lo hemos usado para reinvertirlo en la misma. De esta forma, podemos añadir cada vez más productos nuevos, abaratar otros que ya estaban y poner rebajas durante algún tiempo.
Seguiremos haciendo esto durante los próximos años, ya que nuestro objetivo principal siempre ha sido realizar un cambio verdadero en la sociedad, y no lucrarnos de los productos que pudiéramos vender, con un margen de beneficio descaradamente alto. Por esto, gracias a todas las personas que compráis nuestros productos, podemos ir logrando nuestro objetivo poco a poco; conseguir que la sostenibilidad esté al alcance de todo el mundo.
¡Gracias por ayudarnos a cambiar el mundo!